El cazador
Una animación hecha hace algunos meses... en un fin de semana de ocio.
Hoy: "butear"
Nos escribe la lectora Anabel:
Bueno, no sé qué decir, gracias APTRA, gracias también a la gente del canal, a los compañeros maravillosos con los que me tocó trabajar, delante de la cámara, atrás de la cámara, al costado y hasta debajo de la cámara, a los técnicos, electricistas, vestuaristas, maquilladores, al carnicero de la esquina que nos vende la carne barata y a la vaca que nos da la leche, el dulce de leche y la manteca que siempre le pongo al pan, a mi familia, a mis viejos, a mis hermanos AdrianEstebanSantiagoFlaviaLorenaDiegoCarlaViquiMarceloyAgustina, y ya que estamos a mis cuatro abuelos, mis ocho bisabuelos y mis dieciseis tatarabuelos, a mis primos que no los nombro porque son muchos, y seguro que me olvido de alguien... ¡y cambien este micrófono que da patadas!
Corrían los primeros meses del año 2002. La burbuja de las ".com" había reventado, la industria de las telecomunicaciones iba para atrás y del país mejor ni hablar. Pero así y todo, la pasábamos bien. Pocas horas después de tomada esta foto, la empresa nos comunicó que había quebrado y 3 de nosotros nos quedamos sin laburo.
Quedan todos invitados a "el cuartito", sitio de exposición permanente de textos, dibujos y pinturas que aparecieron por acá y otros que no.
Hoy es el día de la mujer.... No, no: Hoy es el día "internacional" de la mujer, con todo el prestigio que tiene lo internacional, como la peluquería del uruguayo en Primera Junta con su pomposo cartel "Coiffeur internacional".
Dijo la flaca que el músico merecía un comentario aparte, y espero estar a la altura de las circunstancias (no empiezo bien usando una expresión tan común, pero acá vamos de todos modos).
Hay días en los que tengo una idea para un cuento, una novela, una pintura, incluso un post en el blog, y no tengo tiempo o ganas de ponerme a escribir o dibujar o pintar. Y hay días en los que tengo ganas de escribir o pintar o publicar y no se me ocurre nada. Sirva entonces el blog como cuaderno de notas para lo que alguna vez haré.
Hay en casa muchos libros que nunca abrí ni para hojearlos. Algunos los trajo Marti cuando se mudó, otros los heredé de mi abuelo, otros los compré pensando en leerlos alguna vez y otros no tengo ni idea de dónde salieron. A veces me gusta tratar de imaginarme el contenido de los libros por su título, y me llevo grandes sorpresas cuando empiezo a leerlos.
Escribe Julio Orione, editor del suplemento "Informática" de Clarín:
Un sábado a la tarde que habíamos salido de paseo, la flaca me dijo "Vamos por acá que te quiero mostrar algo". La seguí unas cuadras hasta que llegamos a un edificio grande cerca de casa, que yo pensaba que era un colegio. Es un gimnasio. Entramos a preguntar por las actividades disponibles: Aparatos, Gym-box y boxeo. Promoción para mujeres. Vimos un poco de la clase: no había ninguna.
Pasó la navidad, y me dejó el estómago revuelto de tanta comida, tanta cerveza, tanta sidra y tanto champagne.
La vez anterior había sido un desastre. Partimos el viernes a la tarde decididos a pasar un fin de semana en San Pedro, con la canasta llena de víveres y la carpa, para estar en contacto con la naturaleza. Y la naturaleza nos dio todo de sí: lluvia, mosquitos y frío. Volvimos el sábado a la madrugada, después de evacuar la carpa inundada, practicamente sin dormir, con hormigas caminando por el parabrisas del auto que casi era una lancha por el agua que caía del cielo, y profundamente enemistados uno con el otro y con el mundo.